¡Tengo 28 años y quiero vivir!

Esta historia comienza en abril de 2021. Paty se encontraba viendo una película cuando…

Paty: “…al quitarme un cabello de mi suéter, sentí un bulto en mi seno izquierdo que antes no lo tenía, y como estaba con mi hermana le dije: oye, ¿me puedes decir si tú también lo sientes? Y sí, ella también lo sintió.

Era de tamaño considerable. No entendí cómo había aparecido, ya que me hacía revisiones constantemente.

Esa misma noche comencé a buscar en Internet páginas que hablaran del cáncer de mama. La mayoría decía que era algo benigno, porque no es común que mujeres menores a 40 años desarrollen cáncer de mama.

Al día siguiente localicé una doctora especialista, solo esperé a que pasara mi ciclo menstrual para ver si la bolita desaparecía ¡Pero no! la bolita seguía ahí, sin moverse y sin crecer.

Entonces, ya no esperé más y a finales de abril me presenté en su consultorio para hacerme el ultrasonido de mama. Todo parecía ir bien, pero cuando estaba a punto de levantarme, la doctora me dijo: recuéstate, Paty, necesito volver a checarlo.

Me volví acomodar en la camilla para ver que el ultrasonido mostraba unos vasos sanguíneos sobre el tumor, entonces la doctora me dijo: no me gusta nada esto. Tengo que hacerte una biopsia.

Durante la semana que transcurrió, después de los estudios, nunca perdí la fe, siempre pensé que solo iría a recoger mis resultados ¡y ya! todo estaría bien ¡Pero eso no fue así!

Cuando entré al consultorio lo primero que escuché de la doctora fue: necesito que te sientes para platicar.

Sin entender lo que pasaba, me senté mientras mi mamá, quien me acompañaba a la cita, se adelantó y preguntó: es algo malo, doctora…

Ella contestó: Desafortunadamente Sí.

Recuerdo que leí una hoja con términos médicos que no comprendía, pero al final de la carta decía claramente: Carcinoma ductal invasivo

Doctora, ¿qué significa esto?

Ella me respondió: Paty, lamento decirte que tienes cáncer.

En ese momento me negué a creerlo, incluso llegué a pensar que esos resultados no eran míos, que todo era un error; sin embargo, negarlo me llevaría a perder tiempo y eso era lo que menos quería.

Entonces, la doctora me dio alternativas y la primera fue ir a Fucam, institución privada sin fines de lucro en México, que ofrece tratamiento integral y seguimiento especializado a personas con cáncer de mama. Ahí tienen toda la experiencia y su personal médico es de alta especialidad, con mucha sensibilidad en el trato. 

Al saber esto me dio confianza. La doctora me dijo algunos ejemplos de mujeres jóvenes como el de una chica que acababa de tener a su bebé y estaba lactando cuando le descubrieron un bulto en el seno. La atendieron en Fucam y actualmente está muy bien, disfrutando su maternidad. Estos comentarios me ayudaron a no perder la fe.

Cuando llegué a mi casa después de recibir el resultado, mis papás, mi hermana y yo estábamos en lágrimas, así es que les dije: Familia, lo siento mucho, no sé qué vaya a pasar, pero ustedes son mi soporte para ganar esta batalla ¡Por favor! necesito de su fuerza para recuperarme.

Una vez a solas lloré, grité y me pregunté ¿por qué a mí? Si solo tengo 28 años y quiero vivir.

Tomé la decisión de hablarlo con mi jefe, pensando que podría perder mi empleo, pues solo tenía 5 meses de haber entrado. Pero para mi sorpresa él no me dejó renunciar, porque ahora más que nunca, necesitaría dinero para solventar los gastos. Ahí supe que no estaría sola.

Me limpié las lágrimas y no esperé más. Esa misma tarde, saliendo del consultorio me comuniqué a Fucam, y al día siguiente ya estaba en Ciudad de México a las 6 de la mañana.

Es aquí cuando comienzo a recorrer la senda con todos los especialistas, haciendo los estudios para aplicar los tratamientos.

La cirugía fue un golpe fuerte y doloroso. Física y emocionalmente estaba muy afectada, porque me extirparon un tumor de 20 cm, mi seno ya estaba deforme.

El mayor temor de mi doctora era mi edad, pues decía que la probabilidad de vida para mujeres jóvenes como yo era muy poca.

Durante esta temporada nada fue fácil, hubo ocasiones donde me dijeron que probablemente tenía principios de Leucemia o Lupus porque no era normal la pérdida de glóbulos rojos que yo presentaba ¡Pero no! solo estaba más débil por los tratamientos que atacaban todas las células de mi cuerpo.

De los momentos más duros que recuerdo, fue cuando llegaba a Fucam y me decían: hoy no puedes recibir quimio porque tu cuerpo no da. Para mí era muy frustrante porque yo necesitaba recibir los tratamientos. Para los doctores su prioridad era cuidarme para no debilitarme más.

Mi cabello, mis pestañas y mis cejas se cayeron. Me veía al espejo y sabía que era la misma persona, pero en una versión distinta. Creo que fue uno de los momentos más brutales que viví. Al final decidí no usar peluca, sentía que ninguna iba conmigo y le di oportunidad a los turbantes. Elegí uno de color rosa, el que me acompañó en este proceso.

El fármaco de las inmunoterapias fue parte de mis tratamientos, y gracias a este protocolo y seguimiento, el cual agradezco infinitamente por haber sido candidata para recibirlo, es que yo puedo seguir aquí.

El 17 de diciembre de 2021 terminé con las quimioterapias, en febrero de 2022 comencé con las radiaciones. Y hasta julio terminé el tratamiento de las inmunoterapias.

Yo volví a nacer el 28 de mayo de 2022.

Hoy vengo a Fucam a mis revisiones anuales y la verdad me siento muy bien y con mucho ánimo. Acepto con firmeza que tuve cáncer de mama y amo tanto la vida, que antes de recibir los tratamientos, por primera vez, decidí congelar mis óvulos ya que uno de mis sueños más anhelados es ser mamá”.

Paty es una de las mujeres que valientemente enfrentó y superó esta enfermedad. Al platicar con ella no solo pensaba en lo difícil que debió haber sido recibir la noticia y después, todo el proceso, también pensé en las miles y miles de mujeres que ya no están aquí para contarnos su experiencia.

¿Tú ya te revisaste? Recuerda que el cáncer de mama sigue siendo una de las causas con mayor mortandad de mujeres en México; y hoy por hoy, ya no es exclusivo de mujeres mayores a los 40 años, hay casos como el de Paty, de mujeres jóvenes que padecen esta enfermedad.

La prevención está en nuestras manos, hagamos conciencia sobre la importancia de revisarnos con regularidad, realizarnos los estudios anuales y más aún, si hay antecedentes de cáncer de mama en la familia. Por favor, ante cualquier cambio en nuestro cuerpo o que encontremos alguna protuberancia, asistamos inmediatamente con el o la especialista en el tema. Debemos conocernos y enseñarles a las jóvenes a conocer su cuerpo. El cáncer de mama detectado a tiempo tiene mayores posibilidades de supervivencia.

Este 19 de octubre conmemoramos el Día Mundial del Cáncer de Mama, pero el cuidado y amor hacia nosotras debe ser todos los días y no cada año.

Si tú tienes alguna duda acércate con los especialistas. En Fucam y en muchas otras instituciones puedes tener la ayuda necesaria.

https://fucam.org.mx/ tiene 4 sedes. Una en CDMX, otra en Morelos, en Oaxaca y en Chiapas.

Te invito a que visites su tienda virtual https://tiendafucam.com.mx/ con tu compra ayudarás a que más mujeres puedan recibir sus tratamientos. Ayudarnos unos a otros hará la diferencia.

Paty estudió Ciencia Política pero poco ejerció su profesión. Hoy trabaja para el mundo de la tecnología y definitivamente todo cambió para ella después de tener cáncer de mama. Antes del diagnóstico percibía la vida con enojo y frustración, hoy le dice ¡Sí a la vida, porque solo hay una! Y vive el presente sin miedo al éxito.

Paty: “Este testimonio quiero dedicarlo a mi amiga Katherine de Colombia, ella falleció a principios de septiembre de 2024, y me enseñó que la vida solo es una y hay que vivirla al máximo”. “Hoy no nos quedamos con las ganas” Katherine

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