Nuevo año, nuevos relatos, nuevos sueños… 

“There’s chemistry but also alchemy.”

Ram Srinivasan

Inicia un año más, siempre comienza uno, y aún así nos sorprende que en ese nuevo ciclo podemos desear cuánto queramos.

Cada año llega nuevamente ese día en el que podemos solicitar lo que anhelamos a poderes más grandes que nosotros. Podemos hacerlo como niños en una heladería, queriendo de todos los sabores, chocolate, y fresa, y chispas, y limón, y napolitano…, hacer un alto para crear ese sueño, y que la ayuda de esos reyes lo haga posible.

La pregunta es qué deseas desear, qué sería esa ilusión a la que vale la pena ponerle corazón, y también piernas y brazos. Escribe esa carta con alma de niño, atragantándote con todo lo que quieres que se materialice; como si te hubieras portado bien todo el año.

Cierra los ojos e imagina grande, sin limitaciones; eso que sería posible si no pudieras fallar, si no hubiera ningún obstáculo, si no tuvieras miedo, si no creyeras que es difícil.

Y no pienses que sólo es algo que te divierte mucho o que te es muy fácil; eso es una parte nada más. Aguanta un poco de incomodidad, toca tu corazón, en lo profundo, y pregúntale: ¿Qué le da sentido a mi existencia?

¿Qué hace que mi vida valga la pena vivirla?

¿Qué me hace disfrutar el proceso sin que me obsesione el resultado?

¿Qué es eso, que la única pregunta es cuándo estará logrado, porque sabes que sin lugar a dudas ocurrirá?

¿Qué es lo que te importa, lo que es valioso?

Eso es lo que no debes olvidar, es lo que debe permanecer siempre evidente.

Cómo lo hagas puede irse transformando, quiénes forman parte o son un apoyo también; lo que no debe perderse es tu para qué lo quisieras conseguir.

Y si has contestado esas preguntas, lo que está presente en todo lo que emprendes, hay que hacerlo existir, aparecer, que surja en tus acciones cotidianas. Porque muchas veces los anhelos son puro corazón, pero requieren echarlos a caminar, como bebés, para que aprendan a recorrer el camino y no se detengan a las primeras caídas, ni a las segundas, ni a las número 100.

Qué necesito -hazte esta pregunta- para que este sueño que vislumbro permanezca vivo; que su corazón lata con tanta fuerza que parezca taquicardia. Que no se convierta en deja vu pasados unos días. A qué le quiero dedicar sudor y lágrimas, desvelos y frustraciones.

¿Cuál es un primer paso? -no pienses en el total o en el resultado-; cómo te pones en camino, cuál es una expresión que te dice que estás haciendo algo para lograr lo que anhelas. No tienes que saber todo o cómo se hace. Aprender a soportar la incomodidad de no tener claro todo lo que hay que hacer puede ser el inicio.

Cuál es la historia que estarás recordando en diciembre. Escribe tu carta de agradecimiento por lo que 2022 te regaló. Narra el recorrido paso a paso con acciones precisas.


¿Estás viendo con claridad a dónde vas? 

Si no es así, no avances, no gastes tu energía más que para definirlo; y hasta que lo tengas definido ponte en marcha.

Dice un refrán que la mitad del camino se recorre al definir el problema; no se trata de andar y andar con mucha energía sino elegir qué pasos y rutas acortan el camino. Sólo pon atención en algo, no es trabajar más sino hacerlo inteligentemente.

No significa que es perfecto, que lo sabes todo, que seguro con eso logras el éxito. Son escenas de un resultado como cuando eliges a dónde te vas a ir de vacaciones; todo lo que requieres para que ocurra lo vas construyendo, eligiendo, resolviendo al ponerte en marcha.

Y una vez ahí ¿qué te sirve para tomar las mejores decisiones?

¿Cómo puedes ir eligiendo cuando ya vas en movimiento? Hay múltiples recursos, gente que ya lo hizo, tecnología y seguramente mucha riqueza con los que tú cuentas que hay que verla como tal. El mayor fracaso puede ocurrir cuando crees que no cuentas con nada para lograr tu sueño y estás rodeado de fortuna que simplemente no ves y no aprovechas.

Tarea de enero 2022

1. Recuerda todo lo que lograste este año. Diseña enormes sueños y escenarios.

2. Reconoce lo que todos tienen en común, por qué te son valiosos e importantes. Escríbelo y mantenlo visible todo el tiempo.

3. Identifica qué requieres para lograrlo, cuál es el principal obstáculo, puede ser una forma de ser o de pensar.

4. Define pequeñas acciones para emprender el camino. Agéndalas, pon el tiempo específico para hacerlo.

5. Si te caes, levántate. Nadie se equivoca sabiendo el resultado; no siempre se acierta, pero eso no es motivo para detener el paso.

6. Baila, ríe, invita a alguien a acompañarte, disfruta. Si no lo estás haciendo, mejor haz algo distinto.

7. Agradece a los reyes por todos los regalos que te van dejando en el camino.

8. No te aferres a un resultado específico, puedes ir modificando la ruta. La vida se construye en cada momento.

9. Vuela alto, el mundo es enorme, infinito. Hay más mares que navegar que los que puedes imaginar. Sal de tu mundo pequeño y ve a construir uno más grande.

Nota final:

Conversación con una amiga en mi clase de baile:

-¡Qué gusto verte! ¿Sigues volando?-¡Claro! de la mente  

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