El Pop y el Kitsch son dos movimientos a su vez tan similares como distintos, pudiendo adjudicar esto tanto a cuestiones ideológicas como receptivas. Ambos son hijos de la tecnología y ambos aluden al placer; sin embargo, como afirmó Lawrence Alloway, el Pop sí fue tomado en serio y no como “puro entretenimiento” o “relajación”, por mucho que a su vez fuera “consumido con agrado” por las masas. En este punto es necesario anotar que también el Pop se encontraba en la publicidad y en la ciencia ficción, la cual apenas estaba siendo considerada como un género serio con la publicación de revistas como “Galaxy”, fundada por Clifford Simac y con la aparición de escritores como Fredric Brown y Richard Mathesson.
El Kitsch por un lado y el Pop por el otro, pretendían desacralizar el objeto, desproveerlo de todo símbolo y de toda metáfora, dejarlo sin intención y sin nada. Ambos veían al objeto como lo que es: un objeto. No obstante, mientras uno lo vulgarizó, el otro arguyó que el objeto también es esencia, y ésta se refiere a la receptividad, la repetición y la facticidad. Ambos devolvieron el desecho al lugar de culto, pero el Pop, a diferencia del Kitsch, no sólo transformó esos “emblemas del culto popular”, sino que los “transfiguró”. Es decir, como Danto y Barthes explican, el Pop volvió lo“insignificante” en algo trascendental y no en mera mercancía sentimentaloide. El Pop no pretendía fabricar emociones ni vender sentimientos; el Pop no pretendía nada. No buscaba ser tampoco un conocimiento oculto o entrar en contacto con “fuerzas primordiales”, objetivo que, según Danto, buscaba el expresionismo abstracto; por el contrario, el Pop era común, cotidiano, estaba al alcance de las masas cultas e incultas; era lo que la gente veía en su día a día, y fue precisamente eso lo que hizo que los objetos más comunes se convirtieran en “iconos” y, por lo tanto, en algo digno de ser contemplado.
Arte Pop: Andy Warhol, “Díptico de Marilyn”, 1962, serigrafia sobre lienzo, Tate Modern, Londres, Inglaterra.
Mientras que lo Kitsch buscaba significar dinero y gozo vacío, el Pop simplemente quiso significar que no significaba nada. Como apuntó Barthes, no tenía justificación ni objetivos, sólo significantes y alusiones al mundo mecánico y al patetismo del tiempo. La obra Pop tiene un ciclo vital y, como tal, conlleva un fin. Empero, el objeto Pop no pretende morir, sólo ser “acabado” y por ello se refugia en la repetición y en su “doble”. En el Kitsch y en el Pop se muestra esa urgencia por demostrar que “el arte no es especial”, y el Pop lo llevó a sus últimas consecuencias al afirmar que “cualquier cosa es un objeto de arte” o que “cualquiera es artista” (Joseph Beuys), consignas que hicieron a Danto plantear la idea del “fin de la historia del arte” (mas no el de la producción artística), puesto que si ya todo es posible, y la barrera entre realidad y arte ha sido superada; si ya no se puede diferenciar una obra de arte de algo que no lo es, y que de hecho parecen exactamente iguales; ¿qué le queda a la historia del arte?
Arte Kitsch: Jeff Koons, “Michael Jackson y Bubbles”, 1988, porcelana, San Francisco Museum of Modern Art, San Francisco, Estados Unidos.
Pienso que ésta fue precisamente la cuestión que provocó un interés en el Pop, ya que, a diferencia del Kitsch, éste se volvió un parteaguas y un catalizador. A pesar de que ambos vivieron tiempos de guerra y de que entendieron que la gente sólo quería vivir su “aquí” y su “ahora”, el Pop surgió como ese movimiento que ponía fin a décadas de lucha entre el realismo y el expresionismo abstracto, y que llegó en un momento en el que quizás se pensaba que ya no había nada más que hacer.
@my.rotten.body