Vendí mis pocas pertenencias para no arrojarlas al mar,
bebí alcohol por cuatro días hasta el alma vomitar,
me fumé mil pensamientos detonando mi ansiedad.
Mi frente lleva tu marca, cada vez que vienes y vas me obligas a tropezar.
Busqué tu piel en otros cuerpos y tu olor en cualquier sofá.
Compré un boleto muy lejos me mudaré a cualquier lugar, no esperaré más por ti, no iré al infierno a jugar.
Aquella cama que una vez compartimos la reemplace por una vieja cobija, que me separa del frio cuando te quiero pensar.
Se acerca el final de esta historia, me cuesta tanto respirar,
no quiero ver más el sol; anhelo con desespero el invierno, que vuelva mi sangre fría, congelando todas las lágrimas que me has hecho derramar, endureciendo mi corazón, ya no será de cristal.
Cada noche fue un martirio pensando: ¿dónde estarás?
No quiero discutir con nadie, no tengo ganas de pelear,
mi cordura perdí al instante y el fantasma del ego viene y va,
en un delirio de locura que sabes muy bien criticar.
Haré un viaje de seis horas sin mucho que pueda pensar, me voy con poco equipaje,
dejarte será mi paz.
Tal vez te eche de menos un tiempo, pero puse punto final;
sólo queda un adiós que el viento de pronto murmurará…lo sentirás como me conociste, por pura casualidad.
Migraré a otro corazón, me daré otra oportunidad.
@lallavedepuertaalcielo