“Trabajando por un mundo de ojos brillantes”… Una frase que leí en el libro «Vidas que Impactan» de Claudia Ceballos hace dos días, y que he decidido usar como inspiración para mi contribución de este mes en Destapando Talentos.
Después de leerla, experimenté un impacto profundo (o varios, sería más preciso decir) al desvelar un poco más al ser humano detrás de esa sonrisa y esa actitud que enfrenta la vida con intención y pasión. Claudia tiene la capacidad de impactar y dejarse impactar por los encuentros y desencuentros, por lo bueno y lo no tan bueno. Agradezco al universo, a Dios o como se le quiera llamar, que provocó que nuestros caminos se encontraran y nos permitiera compartir un tramo mientras lo elijamos.
Regreso a la frase que elegí para esta reflexión. Entiendo que, desde que conozco a Claudia, ella trabaja con su esencia y su quehacer para provocar miradas brillantes: miradas llenas de vida, que contagian y reflejan su sonrisa tan única. Esta frase me invita a confirmar lo esencial que es descubrir aquello que nos apasiona, aquello que requiere de nuestros talentos y que, al realizarlo, no solo mejora el mundo, sino que también nos regala la posibilidad de trascender y permanecer presentes incluso cuando ya no estemos.
Siento un profundo agradecimiento porque Claudia nos ha compartido un poco más de su esencia. Los impactos que ha provocado en nuestras vidas son más evidentes, más presentes y, sobre todo, más significativos.
En una de mis contribuciones pasadas para Destapando Talentos, compartí mi visión sobre la importancia de la contribución. Hoy reafirmo que una de las grandes contribuciones de Claudia al mundo es esta: provocar, propiciar e invitar a que los ojos de todo ser viviente brillen.
Desde aquí, envío un abrazo cariñoso para Claudia, acompañado de mis felicitaciones por lo que hace cada día. En especial, la celebro por haberse animado a compartir su visión, su experiencia y su esencia a través de Vidas que Impactan.