En tantas oportunidades hemos querido ser distintos/as, asumiendo la transformación como un camino distinto a nosotros mismos, un proceso que me llevará a ser una persona diferente a aquella que se ajusta a las expectativas que otras personas han tenido de cada uno de nosotros: padres, madres, familia, amigos, maestros, jefes, etc.
Transformarnos es un camino tan personal como únicos somos, que nos devuelve a nuestro centro para conseguir ser quienes realmente somos, convertirnos en la “mariposa” especial que comienza en el nacimiento de esa “oruga” que compone tantos elementos que necesitamos conocer, que guarda un potencial que solo será descubierto en la medida en que nos atrevemos a conocerlos.
Y en ese camino de crecimiento llamado Autoconocimiento, no todo es fácil, no todo es bonito… tocará quitar algo de lodo, apartarnos de algunos elementos que nos hacen sentir dolor, es un camino que requiere transitarse con todas las emociones que vayan apareciendo y reconocer en ellas su lenguaje para reconocer el próximo nivel a “desbloquear” para crecer.
El autoconocimiento es la mayor aventura que una persona puede permitirse, a veces inclusive sin saber lo que va a conseguir. Es como estar al borde del río y no saber la fuerza de la corriente, la temperatura del agua, las piedras en su fondo, la diversidad de especies y hacia donde nos lleva, hasta entrar a él. Por ello, entrar en procesos de autoconocimiento implica tiempo, paciencia, idas y vueltas, con la esperanza clara que aparecerá esa versión personal más genuina, realizada y convencida que el camino escogido para aceptarse, amarse y cuidarse son claves en su autorrealización.
Pero hay un requisito indispensable en este camino de autoconocimiento y es ser sinceros con nosotros mismos, pues a lo largo de la vida, esa “oruga” encontrará circunstancias que van a favorecer o no sus cambios, porque es posible que aún ya convertida en “mariposa” no sea capaz de ver su belleza, su individualidad, su importancia y propósito en el mundo donde se encuentra.
También es posible que NO llegue a convertirse en Mariposa, pues nunca logró verse, nunca se alimentó de forma nutritiva, prefirió escuchar al mundo externo que no creía en ella, que creer en lo que realmente implicaba adentrarse a su mundo y hacer el despliegue de sus alas.
Al final, es una decisión que la “oruga” debe tomar y arriesgarse a ser feliz con sus potencialidades y sus debilidades. Aprender a conocernos es una decisión personal que implica:
- Autobservarnos
- Percibirnos a sí mismos
- Valorar quienes somos
- Reconocer y estimar nuestra historia
- Crear y creer en quienes somos
- Estar dispuestos a transformarnos a lo largo de la vida encontrando paz y confianza en nuestro ser, en esa real intimidad con nuestra vida.
Si llegamos a comprender que somos orugas que deseamos desplegar a la más hermosa mariposa que lleva dentro, hemos aprendido que no se trata de convertirnos en las personas que no somos, ni parecernos a otros por más que les admiremos.
Decide ser Tú… Conocerte es el camino a transitar en ese viaje de plenitud, con sus subidas y bajadas, sus curvas y rectas, sus piedras y flores, sus luces y sombras, pero nunca olvides: ¡Es tu camino y son tus alas!
6 comentarios
Gracias por esta publicación. Espero les guste y disfruten.
Excelente escrito, nos lleva a reflexionar muchísimo respecto a nuestra transformación diaria y la importancia de amar el proceso!
Gracias ♥️
Muchísimas gracias Joselin por leerlo, comentarlo y apreciar su contenido.
Hola Irene me encantó el artículo. Excelente la metáfora para compartirnos tu percepción con respecto a todo lo que implica el crecimiento y evolución personal. De oruga a mariposa una metamorfosis que como dices es una decisión y además es muy personal.
Muchas gracias Antonella por leer y valorar este escrito, además de sumar con tu reflexión la importancia del crecimiento personal.
Valorar lo que somos aun sin desplegar las alas, por no arriesgarse, para no sufrir el proceso también es ser valiente, tal vez recorriendo el camino despacio, tal vez cuando vea sus alas fuertes ahí emprender el vuelo y sentir esa sensación de bienestar, gracias Irene por aportar tanto a la vida de cada uno de nosotros, graciassss