…Y qué pasa cuando no hay ganas de nada?
Porque hay días que no quiero ser, no quiero hacer y mucho menos parecer. Hay días que simplemente mi cuerpo pide parar y la mente se arrulla en una hamaca sin saber por dónde empezar. Las manos pesan y los pies están inmóviles. Los pensamientos son blancos, sin forma, en bucles. Las emociones juegan a creer ser y confundirme con lo que ni por ahí son. El lienzo es un desierto esperando algo de acción, el lápiz yace a su lado esperando reciprocidad. Los colores duermen, mientras la paleta quiere protagonizar la gran danza diaria que alegra el alba. Las palabras son solo gestos y los ojos miran sin fondo los pedazos de lo que fué el día anterior sin saber que pase más tarde. El café se vuelve tardío, y las frutas esperan su turno para saltar a la mesa. Los árboles escuchan con atención cualquier señal de idea, mientras los pájaros se forman con antelación.
Días así, es cuando camino y me sumerjo en una hora de nado, para reiniciarme. No es fácil. Tampoco imposible. Es recorrer los recuerdos de lo bueno, lo bonito, lo presente. Es mirar lo realizado, lo bailado, lo vivido.
Es recordar los trazos, los colores y las formas.
Es observar que el tacto aún mira, los ojos laten, el gusto imagina y los oídos sienten el eco del andar. Es volver a mi punto central, al hogar, a mí. Es valorar el tropiezo, el aprendizaje, el sol y la lluvia. Es abrazar mi existencia, la de los míos, a mi mascota. Es volver a empezar. Empezar con determinación esa hoja en blanco, musicalizar los tonos, insistir en el diseño. Creer que después de una pausa viene todo el ingenio, sin genio y sin lámpara, pero con más ganas. Transformar las nubes en tiernos personajes para que alguien se involucre en la historia. Armar el rompecabezas con tareas y deberes que llenarán el calendario de retos y saberes. Saltar entre las luces y las figuras que por capas conforman proyectos. Pintar. Escribir. Cantar. Ir a terapia. Hacer Yoga. Respirar. Bailar. Caminar. Leer. Crear y Creer. Juntarme con quienes conecto para coleccionar buenas vibras. Encender velas, reorganizar espacios, abrir ventanas, perfumar lo etéreo. Agradecer por tanto, agradecer por todo, agradecer por mi.
Vivir, Amar y Crecer con ganas.
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Un comentario
Hay días y días, lo importante es que los colores están siempre a la mano para pintarnos el rato, gracias por conectar buenas vibras.