¿Cómo llega la cultura del vino a América?

¿Alguna vez se han preguntado cómo llega la cultura del vino a nuestro continente?

La respuesta es: durante la conquista y de la mano de la Iglesia Católica. Para la Iglesia Católica, el vino era una parte importante para la evangelización y parte de la Eucaristía Muchos países se apropian del inicio de la cultura del vino en América, pero realmente fue en México, en el año 1524, con el gobernador Hernán Cortés se inicia esta nueva etapa. Curiosamente, la primera Vitis Vinífera, como se le conoce a la cepa para la

elaboración del vino, fue traída desde la isla de Cuba provenientemente de España, donde al terminar con la conquista en México, encontraron vides silvestres tales como la Vitis Lambrusca, Vitis Rupestris y la Vitis Berlondieri. Pero es México, el primer país en donde se plantan las primera cepas para la elaboración de vino.

Para marzo de 1524, Hernán Cortes, tras la conquista, ordena a cada colono la plantación de mil vides españolas y autóctonas, por cada 100 indígenas a su servicio, logrando la expansión de viñedos por Puebla, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Oaxaca, San Luis Potosí, Sonora y Baja California. Al ser una tierra con todas las características idóneas para el cultivo y la adaptación de las Vides, las siembras se lograron extender al norte y sur de México, extendiéndose luego a Perú, Chile, Argentina y California en el siglo siguiente, y más tarde en Brasil por los colonizadores portugueses.

En 1531, El Rey Carlos I, emite la orden que cada barco que tocara tierras de las Indias Occidentales, debía llevar uvas para poder elaborar vino y ser plantadas en estas tierras. Esta nueva disposición ayudó mucho a que se fuera perfeccionando el método de cultivo y empezara la producción propia de vino en el Nuevo Mundo, con resultados tan buenos y con una excelente calidad, como el que provenía de España. Al ver la Corona Española amenazada su exportación de vino hacia el Nuevo Mundo y que corría riesgo de ya no ser necesitado por la producción propia de estos países, deciden en 1595 por decreto real, vetar la posibilidad de sembrar nuevas plantaciones en cualquier parte de sus dominios al otro lado del Atlántico y, por supuesto, detener toda producción de vino, en toda América. Este decreto real duró cerca de siglo y medio. Sin embargo, el edicto real contaba con una salvedad: el cultivo de la vid podía ser viable por parte de los jesuitas. Una dispensa sustentada en la imperiosa necesidad de contar con vino para la celebración de la Eucaristía. Fue así como esta orden religiosa logró la expansión del cultivo de la vid por toda América.

La cultura de vino durante esta época, se ve limitada en calidad y en cantidad de producción, quedándose en un periodo adormecido. Es hasta mediados del siglo XIX que varios países como, Chile y Argentina, empiezan a elaborar vinos de mejor calidad, gracias a que varios franceses visionarios, viendo el potencial de estos países, construyen sus viñedos con las técnicas heredadas de cultivo, y traen a nuestro continente cepas originarias de Francia que estuvieron a punto de desaparecer durante la época de la Philoxera, en Europa.

La Vid que se acopló perfectamente a estos terrenos fue la llamada “Mónica” la cual tuvo ciertas mutaciones y dio origen a las cepas “Misión” “Criolla” o “País”.

@lorainefarrington

@roadsidewine

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