Interesante pregunta…
Siempre que estoy a punto de catar un vino…pienso:
Catar un vino va más allá de sólo identificar su color, su aroma y su sabor.
Una cata se puede convertir en una experiencia de estar en el presente y que nos traslade, muchas veces, a nuestros recuerdos.
Al hacer una cata, podríamos decir que estamos descifrando un vino, estamos tratando de darle una personalidad y lo estamos conociendo. Por eso, es muy importante darle su tiempo y su espacio para que él se pueda expresar y nosotros conocer sus mejores atributos.
Como norma se podría decir, que los vinos tintos, jóvenes, deben oxigenarse por lo menos, 20 minutos antes de tomarlo, ya sea que se decante o que se deje respirar dentro de la botella.
Algo muy importante es, tener la temperatura adecuada para poder percibir sus aromas y sus sabores. Si el vino está muy frío, resaltará aromas opacos y sabores amargos, si está a una temperatura alta, igualmente resaltará características poco favorables.
Hay que tomar en cuenta, la edad del vino, si son vinos que han tenido un proceso de añejamiento en barricas de roble, por varios meses o incluso, varios años, necesitarán más tiempo de oxigenación.
En un proceso de cata, básicamente, ponemos en uso 3 de nuestros 5 sentidos, la vista, el olfato y el gusto. Si a esto le pudiéramos sumar el sentir la temperatura del vino, no sólo en nuestra boca sino también en nuestras manos. SI pudiéramos percibir el sonido que nos rodea y pusiéramos a trabajar todos nuestros sentidos en conjunto, para estar en el presente, la experiencia de cata sería muy completa.
Nos daría la oportunidad, realmente, de distinguir todas las propiedades organolépticas que pudiera tener el vino.
La idea de una cata es poder salirnos de lo usual, de la zona de confort, de lo conocido.
Si somos de las personas que solo tomamos Malbec y nos rehusamos a beber otra variedad de uva, nos estamos perdiendo de nuevas experiencias. Estamos en una época en la que tenemos la ventaja de poder tener en nuestras manos, vinos de cualquier parte del mundo, entonces, por qué no aprovechar esta oportunidad.
Dicen que nuestras memorias están hechas de acontecimientos que nos impresionaron tanto en algún momento de nuestra vida, que quedan registrados en el cerebro, como recuerdos. Bueno, la próxima vez que tengan un vino sobre la mesa y quieran tener una experiencia fuera de lo común, los invito a que prueben a poner sus 5 sentidos, para una cata atenta, y que se tomen el tiempo, tanto para ustedes, como para dejar que evolucione el vino, y puedan registrar nuevos recuerdos.
Por último y no menos importante, no se limiten a tener en la mesa solo vinos de su preferencia, aprovechen cada momento y cada instante para poder experimentar algo nuevo. Tomen vinos blancos, espumosos, rosados, tintos…y ¿por qué no? Vinos de postre.
Busquen las experiencias de una cata atenta y conozcan a un buen amigo, como es el vino y compartan un buen momento.
@lorainefarrington
@roadsidewine