Lunes gris

Un corazón herido que rodó por las escaleras hasta quedar sin latidos.

Un alma que, al asomarse al balcón, sintió una brisa temprana acariciando la paz que tanto anhelaba.

Le despierta el canto de un ave desde su ventana y solo desea sus alas hermosas para poder despegar.

Un ser que se escondió en el cuarto más oscuro para bailar y cantar hasta sudar las penas, esas que también borraba con vodka y champagne.

Una mente que no sabe de razones, invadida por la duda y la desesperación, decide decir adiós… Ya no hay vuelta atrás.

3 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte este contenido
Impulsa este Blog: