Lee con atención: Soy una persona un tanto cuanto loca descubridora empedernida de pasiones la primera fue la danza folklorica soy exbailarina y exmaestra la segunda son los libros desde hace 28 años me dedico a hacerlos la mas reciente es la fotografia me encanta tomar fotos en la calle con mi celular actualmente entre otras cosas me dedico a corregir textos soy correctora de estilo seguro te preguntaras entonces porque esta esto tan mal escrito sin acentos ni comas ni puntos y dejame te digo que por más que me esforce no me salio tan mal como queria.
Te respondo: justo está escrito así para resaltar la importancia de todos esos signos que a veces ignoramos y que son importantísimos; te doy mi punto de vista al respecto.
¿Alguna vez has tenido curiosidad por saber cuántas palabras escribes al día? ¿Te has dado cuenta que en hoy en día es cuando más escribimos?
Lo hacemos principalmente en un mensaje por Whatsapp, Telegram, Messenger o cualquier otra vía. Por supuesto, escribimos en nuestro trabajo: los correos electrónicos inundan la red con comunicados, solicitudes, memos, cartas, etcétera; asimismo, recordemos a quienes se dedican justo a eso: a escribir. También redactamos en nuestro feed de redes sociales cuando queremos compartir algo; por ejemplo, cómo nos fue en el día, un pensamiento, una biografía o contextualizar una foto, ¿pero te aseguras de que tu idea llegue de manera adecuada al receptor en cada mensaje que lanzas? ¿Tienes cuidado y checas si escribiste con alguna falta de ortografía, si usaste bien los signos de puntuación o si la sintaxis es comprensible?
¿Escribir bien es importante? La respuesta es obvia: ¡sí! Porque si no lo hacemos claramente, el mensaje no va a llegar de manera adecuada y puede haber malas interpretaciones, desinterés por el contenido y sí, desafortunadamente, también juicios sobre nuestra persona.
Ahora, ¿es verdad que escribir bien enamora? ¡Sí! porque la comunicación escrita proyecta nuestra personalidad; el cuidado que ponemos refleja interés y profesionalismo en lo que desempeñamos, cuánto orden y disciplina hay en nuestra vida y el respeto hacia las personas al facilitarles la comprensión de nuestras ideas. Una buena ortografía es sinónimo de calidad, que no sólo aplica para la gente que se dedica a escribir como profesión sino para todos porque ¡todos escribimos!; asimismo, saber redactar correctamente nos ofrece más oportunidades en los ámbitos personal y laboral.
Definitivamente escribir no siempre resulta fácil, pero si sigues los siguientes tips, la redacción será más efectiva y funcional: 1) pensar en el destinatario, 2) planear, 3) cuidar el tono, 4) ser amable sin caer en la adulación, y 5) evitar los vicios. Un texto bien redactado debe tener tres características primordiales: claridad, sencillez y concisión.
Como toda actividad, escribir bien requiere de práctica; hacernos conscientes de los errores nos ayuda a detectarlos para poder corregirlos y no expresar alguna barbaridad que después no podremos revertir. Te aconsejo que antes de mandar o entregar cualquier texto, leas lo que redactaste, cheques la ortografía (el corrector automático ayuda, pero no es cien por ciento confiable, ¡aguas!) y ante cualquier duda, investiga; es mejor invertir un poco más de tiempo en la revisión y corrección que lanzar un mensaje que podría tener consecuencias no muy afortunadas. Ah, y si lo consideras necesario —no en todos los casos aplica—, que alguien más le “eche ojo”; unos ojos “frescos” siempre serán un detector eficiente de errores.
Este es solo el principio de la relación entre lo que piensas y lo que escribes; sin embargo, una vez que te adentras en el fascinante mundo de las palabras engarzadas descubrirás las infinitas posibilidades que existen para vaciar tus ideas, de manera efectiva, a través de la “pluma” en el “papel”.